La acerola produce una fruta conocida en todo el mundo por su contenido récord de vitamina C y otros antioxidantes activos. La baya acerola a veces se conoce como cereza de las Indias Occidentales o cereza de Barbados debido a su sorprendente parecido con la cereza. Como parte de una dieta variada y equilibrada, la acerola apoyaría el sistema inmunológico y lucharía contra los efectos del estrés oxidativo. Un aliado precioso para la salud que sería una pena perderse.
Características de la acerola
- Contenido excepcional de vitamina C;
- Fuerte poder antioxidante;
- Apoya el sistema inmunológico;
- Ayuda a prevenir el escorbuto.
Valores nutricionales y calóricos de la acerola
La acerola es una fruta pequeña con un perfil nutricional inusual. Con tan solo 32 kcal, es una de las frutas muy bajas en calorías y con bajo contenido en azúcares. La baya acerola es también una fuente de fibra que favorece el tránsito intestinal, el bienestar digestivo y la sensación de saciedad.
Sin embargo, es sobre todo por su impresionante contenido de vitamina C y otras sustancias antioxidantes que la acerola es famosa en todo el mundo. Por una buena razón, los antioxidantes son valiosos aliados para la salud que ayudan a combatir el envejecimiento prematuro de las células y apoyan activamente las defensas inmunológicas del cuerpo.
Por 100 g de bayas de acerola:
Nutrientes
Contenido medio
Calorías
32 kcal
Carbohidratos
7,6 g
Fibras
1,1 g
Proteína
0,6 g
Lípidos
0,1 g
Vitamina C
2850 magnesio
Vitamina A
767 UI
Los beneficios de la acerola
Gracias a su perfil nutricional único, la acerola es un activo real para nuestra salud. Más aún en invierno cuando hay menos luz solar y el sistema inmunológico está bajo presión. El resto del año, la acerola es una gran aliada para afrontar episodios de gran cansancio y estrés.
Un contenido récord de vitamina C
Las bayas de acerola contienen una cantidad impresionante de vitamina C. De hecho, sabiendo que el requerimiento diario es de entre 75 y 90 mg por día para un adulto, las bayas proporcionan más de 2000 mg por porción. Además de su función como antioxidante, la vitamina C ayuda a mantener la integridad de la piel, ayuda a la cicatrización de heridas, protege las células contra el envejecimiento prematuro causado por los radicales libres y ayuda a la función inmunológica. Además, facilita la absorción de hierro no hemo de origen vegetal.
Acerola, fuente de antioxidantes
La acerola también es rica en carotenoides y flavonoides (cianidina y quercetina), compuestos con efectos antioxidantes.
Una excelente fuente de vitamina A y betacaroteno.
Las bayas también contienen vitamina A. El retinol es una de las formas activas de vitamina A en el cuerpo. La vitamina A es una de las vitaminas más versátiles, que ayuda con muchas funciones corporales. Entre otras cosas, contribuye al crecimiento de huesos y dientes, mantiene la piel sana y protege contra infecciones. Además, juega un papel antioxidante y promueve la buena visión, especialmente en la oscuridad. Las bayas también contienen betacaroteno, un precursor de la vitamina A con poder antioxidante que limita el estrés oxidativo y los radicales libres, moléculas responsables del envejecimiento de nuestras células.
El betacaroteno también puede mejorar ciertas funciones del sistema inmunológico. Además, estos carotenoides también se están estudiando en los campos de la degeneración macular, cataratas, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer como el de pulmón, cavidad oral, faringe y cuello uterino. Por otro lado, los datos aún no son convincentes.
Acerola y prevención del escorbuto
Las bayas de acerola se utilizaban principalmente para prevenir la aparición del escorbuto, una enfermedad milenaria de los largos viajes por mar, hoy en día el riesgo de escorbuto es muy bajo. La acerola también se usa para la prevención de enfermedades cardíacas, el tratamiento de resfriados, la prevención del cáncer y la depresión. Sin embargo, la evidencia científica en humanos es insuficiente para recomendar la acerola para el tratamiento de estos diversos trastornos. D otros estudios están por llegar.
Unas palabras del nutricionista
Ojo, como las bayas de acerola se comercializan principalmente en forma de jugo, esto hace que sea un producto menos atractivo para la salud. Por otro lado, la suplementación con acerola en forma de complementos alimenticios (preferiblemente orgánicos) puede ser una excelente alternativa para estimular el sistema inmunológico y luchar contra los episodios de fatiga.
¿Cómo eliges las bayas de acerola adecuadas?
La acerola es un árbol que crece en los bosques tropicales de América del Sur (Brasil y el Caribe) y puede alcanzar hasta 5 metros de altura. Produce frutos de color rojo brillante que se asemejan a la cereza europea. Sus frutos pequeños también se llaman cerezas de Barbados o Cerezas de las Indias Occidentales El diámetro y el peso del fruto varían entre 1 y 4 cm y entre 2 y 15 g, respectivamente.
Cédula de acerola
- Familia: plantas escamosas;
- Origen: América del Sur;
- Temporada: julio a diciembre;
- Color rojo ;
- Sabor: picante.
Almacenar la acerola
Muy raras en los estantes, las frutas frescas de acerola también son muy frágiles. Por tanto, es recomendable manipularlos con cuidado y consumirlos lo más rápido posible, en un plazo máximo de 24 a 48 horas. El polvo de acerola, mucho más común, tiene la ventaja de conservarse durante varios meses en un recipiente hermético, lejos del calor y la humedad.
¿En que forma consumir acerola?
El polvo de acerola tiene muchos beneficios. De hecho, el polvo de acerola se puede almacenar en un lugar seco durante varios meses y es muy fácil de incorporar a las preparaciones diarias. Sin embargo, asegúrese de leer las etiquetas con atención para asegurarse de que el fabricante no agregue color al producto terminado. Naturalmente, el polvo de acerola debe ser transparente, no rojo. Los jugos a base de acerola deben consumirse con moderación debido a su contenido a menudo muy alto de azúcares agregados. Finalmente, la acerola cruda es más rara y su sabor amargo puede dificultar su incorporación a la cocción.
Cómo preparar acerola
Estas pequeñas bayas con un sabor ácido se comercializan principalmente en forma de jugo, complementos alimenticios o en polvo. De lo contrario, también se pueden incorporar en mermeladas, caramelos o licores.
Incorporar acerola en polvo en la cocción.
Quizás la forma más fácil de disfrutar de la acerola en la cocina es elegirla en forma de polvo. El polvo de acerola se puede deslizar en multitud de preparaciones para hacerlas mucho más saludables pero también más deliciosas: batidos, jugos, mezclas para pasteles, cremas de postre, etc.
Para los cocineros más atrevidos, el polvo de acerola también se puede utilizar como ingrediente básico en salsas, condimentos y otros aderezos. Una excelente manera de agregar un toque de acidez y una buena dosis de vitamina C a platos salados.
Contraindicaciones y alergias a la acerola.
Existen muy pocas contraindicaciones para consumir acerola. Sin embargo, su alto contenido en vitamina C puede ser un arma de doble filo. De hecho, aunque es excelente y esencial para la salud, la vitamina C no debe consumirse en exceso, ya que puede alterar el sistema digestivo.
Cuidado con el exceso de vitamina C
La ingesta máxima tolerable de vitamina C es de 2000 mg por día. Por encima de esta cantidad, las megadosis pueden causar heces blandas, diarrea y malestar gastrointestinal. Para una persona sana, la vitamina C adicional se eliminará en la orina a través de los riñones. Sin embargo, en personas predispuestas a la formación de cálculos renales oxálicos, parecería prudente evitar la suplementación con altas dosis de vitamina C.
Historia y anécdotas
La acerola ha sido consumida durante milenios por los indios amazónicos que siempre han entendido su singularidad y el alcance de sus beneficios para la salud. Originalmente, la baya acerola era un verdadero tratamiento terapéutico para combatir la diarrea, la disentería e incluso los problemas hepáticos. No fue hasta el siglo XVI que los colonos descubrieron la baya y luego la importaron a Europa, y fue también en esta época cuando se le dio el nombre definitivo de acerola. Pronto, los colonos a su vez descubrieron las virtudes de este pequeño fruto que posteriormente utilizaron ampliamente en sus viajes para prevenir el escorbuto, una enfermedad fatal prevalente en ese momento.
No fue hasta la década de 1950 que las virtudes de la acerola comenzaron a recibir un estudio científico serio. Desde entonces, la acerola ha adquirido el estatus de "súper alimento" en todo el mundo, al igual que la espirulina, la baya de goji y el acai.