¿Cómo ayudar a un niño deprimido?
En la mayoría de los casos, el simple hecho de que un niño tenga su depresión revelada y su familia la tenga en cuenta alivia su sufrimiento. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto en los casos de depresión más graves y duraderos. Por el contrario, la familia que ignora o se niega a aceptar la depresión del niño constituye una fuente adicional de sufrimiento y frustración para el niño.
Muy a menudo, los niños diagnosticados con depresión son atendidos primero por un pediatra y tienen consultas periódicas. El apoyo de los padres para estas consultas es fundamental para la recuperación. Varias terapias son adecuadas para niños deprimidos.
- Psicoterapias: incorporan una cierta creatividad y una dimensión lúdica que constituyen un marco de expresión privilegiado para ellos.
- Terapias familiares: se recomiendan en los casos en que la propia familia no pueda hacer frente a la depresión del niño. Su objetivo es reconstruir el espacio familiar para que sea tranquilizador y participe en la recuperación del niño.
Generalmente, las terapias de duración variable son suficientes para aliviar la depresión del niño. Se pueden recetar antidepresivos en los casos más graves, pero muy raramente se recetan antidepresivos a una persona joven menor de 10 años.
En general, la familia constituye la primera terapia. Es su apoyo, su capacidad de escuchar, su cohesión y su afecto los que son esenciales para la recuperación de un niño deprimido. Esto supone que la familia debe evitar que los problemas personales invadan el espacio privado, como los problemas conyugales o laborales, porque el niño, muy dependiente de su entorno, necesariamente estará imbuido de él.
Referencias
Federación Francesa de Psiquiatría, Trastornos depresivos en niños: Reconocer. Cuidar. Evitar. Convertirse., Pregunta 2 Soigner, 1995