El ajo tiene propiedades antibacterianas que el científico Louis Pasteur demostró en 1858. Desde entonces, muchas investigaciones han confirmado la actividad antibiótica del ajo. ESCOP también reconoce los beneficios del ajo como tratamiento para las infecciones del tracto respiratorio.
El tratamiento se puede realizar consumiendo este aromatizante directamente en la dieta a razón de 4 dientes de ajo frescos (16 g) por día o de 2 a 4 g de ajo seco 3 veces al día. También es posible ingerir de 2 a 4 ml de tintura de ajo 3 veces al día.
El ajo también tiene muchas otras virtudes. En particular, podría ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta (estos beneficios son reconocidos por la Organización Mundial de la Salud) y ciertos cánceres como el cáncer de estómago, el cáncer colorrectal o el cáncer de próstata).